Ayuno intermitente: qué es y cuándo es adecuado

Ayuno intermitente: qué es y cuándo es adecuado

 

El ayuno intermitente, o intermittent fasting, es una práctica muy de moda hoy en día, que llevan a cabo tanto algunas celebridades como una gran cantidad de personalidades del mundo del fitness y el deporte.

Sin embargo, no todo el mundo sabe muy bien en qué consiste, cómo se debe realizar, si realmente es bueno para la salud, o qué ventajas y contraindicaciones tiene. Si quieres aprender más sobre el ayuno intermitente para saber si debes aplicarlo o no a tu rutina, sigue leyendo.

 

¿Qué es el ayuno intermitente?

Esta es la pregunta fundamental. Dentro del mundo del deporte, la dieta es, junto con el entrenamiento, uno de los pilares fundamentales. Sin un control de los macronutrientes que se ingieren a lo largo del día, no hay ganancia muscular, ni pérdida de grasa, ni energía para entrenar, ni mejoría con el paso del tiempo. Todo el esfuerzo se echa a perder.

 

Por ello, lo que se come y se deja de comer es algo sobre lo que hay que reflexionar mucho. El ayuno intermitente es una práctica que consiste en reducir las horas de consumo de comida durante el día, normalmente solo durante un periodo determinado de tiempo.

 

Por ponerlo más claro, existen diferentes tipos de ayuno intermitente. Si, por ejemplo, has terminado de cenar a las 22:00, y sueles comer a las 14:00 del día siguiente, no ingerir ningún alimento (excepto agua) durante ese periodo sería un ayuno intermitente de 16 horas, reduciendo a 8 horas diarias la ingesta de nutrientes y calorías.

 

Dependiendo de los objetivos que se persiguen, un ayuno intermitente puede llegar a durar 16, 20 (comer solo durante 4 horas), 24 (pasar un día entero sin comer) o hasta 48 horas (dos días enteros sin comer). Pero debes tener en cuenta que cuanto más agresivo sea el ayuno, durante menos tiempo lo podrás mantener.

 

¿Qué beneficios puede aportar el ayuno intermitente?

Está demostrado que restringir las horas en las que nuestro cuerpo recibe nutrientes tiene efectos saludables, ayuda a reducir niveles de colesterol, reduce el nivel de grasa corporal y acelera el metabolismo, dejando además que el estómago descanse durante más tiempo.

 

Básicamente, al estar tomando las mismas calorías que tomarías en un día normal, pero en un periodo más corto de tiempo, estás dejando que tu cuerpo se “resetee”, para poder empezar mejor la siguiente digestión.

 

Y no creas que esto es algo que se deba sufrir. Si has cenado de forma bastante pesada, puede que incluso al día siguiente no te apetezca desayunar, y sea tu propio cuerpo el que decida que hasta la hora del almuerzo no debes comer nada. Este tipo de ayuno intermitente más intuitivo lo puedes practicar siempre que quieras, escuchando siempre lo que tu propio cuerpo tiene que decirte, algo que te hará encontrarte mucho mejor.

 

¿Tiene contraindicaciones el ayuno intermitente?

Realmente, como te decimos, hay que saber escuchar al cuerpo. Hay gente que se propone hacer ayunos intermitentes de 20 horas solo porque está de moda, pasándolo muy mal porque tienen muy poca resistencia al hambre.

 

Debemos tener muy en cuenta nuestro caso antes de llevar a cabo dietas o incluso ayunar de forma intermitente. Antes de cualquier decisión consulte con su médico o nutricionista.

 

Para saber cómo hacer un ayuno intermitente sin caer en malas prácticas, debes tener algunas nociones sobre nutrición, principalmente sobre la cantidad de calorías que debes tomar al día, el tipo de entrenamiento que haces y los objetivos que deseas alcanzar. Y no te preocupes, eso de que el ayuno intermitente provoca catabolismo muscular es un mito, porque para comenzar a quemar músculo debes encontrarte en un déficit calórico agresivo durante un periodo continuado de tiempo.

 

Si tienes que hacer un entrenamiento de fuerza, probablemente no sea buena idea hacerlo en ayunas, porque rendirás mucho menos que con una buena carga de carbohidratos. Sin embargo, si estás haciendo una dieta para adelgazar o definir, quizás no sea mala idea que empieces probando un ayuno intermitente de 16 horas, acelerando así tu metabolismo y permitiéndote quemar más grasas sin sacrificar el músculo, y aumentando el número de horas de ayuno hasta encontrar las que a ti mejor te vengan.

Seguramente también habrás oído hablar del ayuno prolongado, es la misma técnica pero alargada en el tiempo, no está aconsejada para muchas personas, porque puede acarrear problemas, de hecho muy pocos la llevan a cabo.

 

¿Y tú, llevas a cabo alguna de estos ayunos? Cuéntanos tu caso dejando un comentario.